EL DERECHO A LA PENA
Consejo de los Angeles:
La pena es para nosotros un derecho y una salvación
Por muy válida que sea esa verdad, según la cual la tragedia es una oportunidad que nosotros disfrazamos de pérdida, no por eso disminuye el dolor. Antes de aceptar las bendiciones ocultas que nos trae la pérdida, debemos pasar por un proceso de pena que nos permite sentir y elaborar el dolor. Esto es, al mismo tiempo, práctico y saludable, pero como la pena nos acompañará durante un tiempo, convendría llegar a conocerla. Aceptándola y yendo de la mano de un amigo o de un maestro, veremos que nos cambia de una forma misteriorsa a la vez que mágica y profunda. El proceso de sanación que sigue a la pérdida no es ni fácil ni rápido, porque no hay besos ni “tiritas” que reduzcan el sufrimiento de las heridas psíquicas. Debemos permitirnos tener confianza durante el largo y tortuoso proceso que va del choque a la negación, y de la insensibilidad a la desesperación y, finalmente, a la aceptación, como suele ocurrirles a todos los supervivientes de una pérdida. Pero los ángeles nos garantizan que, por muy dolorosa o muy desesperada que parezca la situación, suavemente, por debajo de la superficie, las cosas empiezan a arreglarse y un día descubrimos que, como si fuera un milagro, volvemos a reir, a amar y a vivir de nuevo.
Si estás viviendo la pérdida de algo o de alguien, ¿te permites sentir pena o intentas evitarla o reprimirla? Hay muchas falsas manifestaciones emocionales que encubren la pena, tales como ira, depresión, desesperación, desgana o soledad. Los ángeles nos dicen que no debemos tener miedo de esos sentimientos. Manifiesta tu enfado, llora si estás deprimido, duerme y repón energías si te sientes apático, siente la soledad hasta el fondo cuando estés solo y si te encuentras desesperado, desespérate. Luego, vuelve tu mirada a los ángeles para que te den consuelo, esperanza y una nueva dirección en la vida.
Meditación de los ángeles:
Cuando respeto la pena, estoy respetando lo que he perdido y el corazón que, en mi interior, necesita ese proceso para curarse.
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