LA SUERTE
Consejo de los Angeles:
Cuando nos encomendamos a la suerte, estamos entregando el hermoso don de nuestra capacidad de decidir al tirano despiadado de la superstición y a la inseguridad de la fortuna o el destino
¿Has empleado alguna vez la expresión “Con mi suerte ..., seguida de un pensamiento negativo? “Con mi suerte, lloverá el domingo y se estropeará el traje”, “Con la suerte que yo tengo, habrá algún asteroide que recorra mi cielo”. Reflexiona en lo que decimos cuando comentamos nuestra mala suerte. En primer lugar, damos por sentado que existe una fuerza así llamada y, en segundo lugar, admitimos un pensamiento realmente descorazonador: que sentimos la ausencia de la gracia en nuestra vida. ¿Has pensado alguna vez que decir: “Yo nunca gano nada”, significa: “Soy una víctima del cruel dios del destino”. Los ángeles desean que dejemos de etiquetar las experiencias vitales según la buena o la mala suerte y que, por el contrario, pensemos que hemos recibido la bendición del Creador. Da igual lo que nos depare la vida, porque todas las cosas están bendecidas.
Abandona hoy mismo tu concepto de “suerte” y déjate bendecir por el Creador. Estar bendecido quiere decir estar agradecido porque confiamos en su voluntad, sea cual sea nuestra situación. Los budistas buscan la ecuanimidad que les permite aceptar todas las cosas, sean buenas o malas, sin hacer juicios, porque todo forma parte de una totalidad perfecta. Abandonar los prejuicios de la superstición y aceptar que estamos bendecidos, requiere un tiempo, pero los ángeles te tomarán de la mano, para enseñarte lo absurdo de la superstición cada vez que la palabra “suerte” se te venga a la boca. “Con tu suerte ...”
Meditación de los Ángeles:
No dependo de la suerte, sino de la bendición del Creador
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