Consejo de los ángeles:
Espera el milagro inesperado
Cuando nos encontramos frente a un dilema, la actitud más normal es detenerse a pensar y solucionarlo, pero, a veces, nos dejamos arrastrar por los supuestos más negativos y nos convencemos de que no hay forma de salir de la situación. Otras veces nos volvemos hacia lo que parece "nuestra única posibilidad" : una buena relación amorosa, un ingreso de dinero o una nueva posesión que nos garantice la salida. ¿Cuántas veces nos detenemos a esperar un milagro? Los milagros vienen de Dios; no dependen del control humano. La mejor situación para un milagro es pedirlo y luego dejar que suceda, sin recurrir a nuestras salidas habituales o a nuestros métodos inservibles. Esta actitud facilita que el milagro llegue hasta nosotros. Esperamos un milagro cuando no sabemos cuál es la salida, ni podemos conocer qué dirección tomarán los acontecimientos y, en efecto, el milagro puede resultar exactamente lo contrario de lo que esperábamos.
Cuando se nos ocurra una solución, esperemos un poco y pidámosle antes a Dios un milagro. A veces los milagros son muy sutiles, por tanto, hay que prestar atención al misterio para captar lo que es milagroso.
Meditación de los ángeles:
Confío en que Dios sabe qué es lo mejor para mí
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