Animosidad
Consejo de los Ángeles:
Discutir no te proporcionará satisfacción
Es normal discutir de vez en cuando. Cuando estamos peleones, queremos argumentar y enfrentarnos a cualquier opinión. Pero debajo de esa animosidad yacen, en realidad, sentimientos de frustración que pueden tener orígenes muy diversos. Cuando notes que te vienen las ganas de discutir, párate a buscar las causas ocultas. No tardarás mucho en encontrarlas; puede ser algo tan simple como una llamada de teléfono que ha desencadenado una serie de acontecimientos en tu interior. Cuanto te remontes a su origen, te darás cuenta de que el problema no es tan grande. Lo malo es descargar esa animosidad discutiendo con un amigo que no se lo merece. Sería mejor enfrentarse a la frustración interna que poner en peligro una amistad.
Si últimamente discutes por todo, busca el origen de tus ganas de polemizar. La necesidad de debatir y de discutir enmascara algo peor. Identifica la causa de tu frustración y deja de discutir con la vida. ¿Crees que los ángeles se impresionan cuando te empeñas en lo que no tiene remedio?
Meditación de los Ángeles:
Conseguiré el equilibrio afrontando mis frustraciones ocultas, en vez de irritándome con ellas
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