Porque nuestra mente subconsciente nunca duerme...
Ser padre puede resultar el desafío más gratificante o más estresante de nuestra vida. Todo depende de nosotros. Nuestros hijos simplemente son un reflejo de nuestras creencias. Pueden llevarnos hasta nuestros límites más extremos, y de esta forma, nos dan una gran oportunidad para aprender y crecer.
Nosotros, como padres, debemos comprender que la relación con nuestros hijos depende sólo de nuestros pensamientos. Lo que realmente importa no es lo que está en el exterior, sino nuestros pensamientos sobre nuestros hijos y nuestros pensamientos sobre su conducta.
Esta es la creencia de Ho'oponopono, un antiguo arte Hawaiano que nos enseña que no existe nada fuera de nosotros. Todo lo que llega a nuestras vidas es en realidad una oportunidad para aprender, y está ahí y lo atraemos por alguna razón. Normalmente, nuestra realidad refleja ideas y conceptos que constantemente tocan en nuestras mentes subconscientes, sin que nosotros nos demos cuenta. Esto significa que, si trabajamos para limpiar y deshacernos de esos pensamientos repetitivos, cambiaremos y nuestros hijos cambiarán. Sí, cuando nosotros cambiamos, todo cambia (hasta nuestros hijos) sin siquiera necesitas decir nada a nadie.
Tus hijos son simplemente tus programas, una memoria tocando en tu propio monitor. Ho'oponopono funciona como la tecla de borrado en el teclado de tu computadora. Tus desafíos con tus hijos son simplemente las memorias tocando, puedes elegir hablarle al monitor, o puedes borrar aquello que no esté funcionando. Lo que se borra de ti, se borra también de tus hijos.
Es importante que los padres aprendamos cómo ponernos a nosotros mismos primero y a hacer lo que funcione para nosotros. La era del sacrificio ha terminado. Notaremos que, a medida que nosotros estamos bien, nuestros hijos también estarán bien.
El Dr. Ihaleakalá Hew Len nos recuerda lo poderoso que es este trabajo, dado que lo que se borra de nosotros, se borra también de nuestras familias, familiares y ancestros. Por eso es que no necesitas hablar con ellos.
Nuestros hijos no nos escuchan, nos observan. Lo único que necesitan oir de nosotros es que los amamos y que les agradecemos por estar en nuestras vidas. Es más, el mejor momento para decirles esto es cuando duermen. Sí, así es, cuando duermen. Porque nuestra mente subconsciente nunca duerme, y esa es la parte que necesita oírlo, no nuestro intelecto.
Todos nosotros, en especial los niños, nos sentimos muy presionados y tensionados al querer ser aceptados y buscar el amor fuera de nosotros mismos. Estas presiones son el resultado de querer ser como los demás y de compararnos con otros.
Una forma de ayudar a nuestros niños a sentirse bien con ellos mismos es asegurarles que los aceptamos tal como son. Debemos ayudarlos a encontrar sus talentos especiales, y que se acepten a si mismos. Importante hacer lo que amamos, ya que, cuando hacemos lo que amamos, el dinero siempre viene a nosotros y no debemos preocuparnos. Nuestros hijos también deben saber que lo que importa es lo que nosotros pensamos de nosotros mismos, no lo que otros piensan de nosotros.
Cuando mis hijos eran pequeños, solía repetirles que su trabajo era ser feliz, que sólo debían preocuparse por ser felices, que las “cosas buenas” suceden o llegan a la gente feliz. Probablemente has notado esto antes. Estas personas parecen “ser afortunadas”, cuando en realidad, la clave es que no se preocupan, entonces están en el “fluir”. Pensar y preocuparnos sólo nos bloquea y trae más problemas. Enseñale a tus hijos a entregarse a la vida en lugar de combatirla con sus opiniones y juicios.
Todos necesitamos ver cada problema como una oportunidad y una bendición (aunque no lo parezcan). Cuando logramos hacerlo, todas las tensiones milagrosamente desaparecen, y nuestras vidas, así como la vida de nuestros niños, serán más fáciles, felices y completas.
Mabel Katz,
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