CALMANTES
Puede que al calmar el dolor estemos silenciando el mensaje
No cabe duda de que liberarnos del dolor con el sencillo acto de tomar una pastilla es una gran conquista de la humanidad, pero, como todos sabemos, el dolor emocional no se erradica tan fácilmente. Por esa razón recurrimos a ciertos métodos para huir de la infelicidad: comida, drogas o alcohol, para acabar con el dolor. Unas veces utilizamos las relaciones amorosas; otras, el consumo compulsivo, en un vano intento de llenar el vacío interior; otras nos sumergimos en el trabajo o los negocios, para no pensar en los problemas y dejar su solución a merced del tiempo. La paradoja es que por poco tiempo que tengamos para el dolor, este siempre tiene tiempo para nosotros. Por tanto, no queda más remedio que hacerle frente, preguntarnos por qué está aquí y qué puede enseñarnos. También podríamos preguntarnos en qué medida se debe a las circunstancias o a nuestra actitud hacia ellas o a nuestra forma de ver la vida.
¿Qué haces cuando sufres un dolor emocional? ¿Intentas neutralizarlo, evitarlo o huir? ¿Lo has aceptado alguna vez? ¿Si en este momento estás pasando una época dolorosa, ¿crees que tendrá consecuencias para tu sufrimiento? ¿Cuánto dolor podrías evitarte por el sencillo método de cambiar tu actitud y tus expectativas?
Meditación de los ángeles:
No temo mirar de frente al dolor
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