Qué es el equilibrio mental?
Poder discernir sobre la justa medida de las cosas, en ecuanimidad; no servirle a ninguno de esos fundamentalismos que surgen cuando consideramos como admisible sólo nuestra idea, y nos molesta, afecta y combatimos lo que se aparte de ella. Tal actitud produce una mella en la salud y acrecienta la ignorancia.
Jesús ejemplificó el equilibrio manisfestando: "Ni esto ni aquello, es lo que es". Su reflexión, tan sencilla como perfecta, nos informa que algo no es ni bueno ni malo, directamente es perfecto, porque catalogarlo como bueno o malo significaría acudir a una opinión subjetiva, puesto que lo que para algunos es maravilloso, quizá para otros es un horror, y viceversa. Por ejemplo, ¿la acción de un kamikaze que se inmola en nombre de Dios, creyendo encarnar un acto sagrado, no es considerada por los demás como propia de un enfermo digno de condena perpetua?
En la misma línea de pensamiento, se sostiene que a lo largo de la vida ya no habría que ganar ni perder, simplemente habría que "Ser", porque cuando uno gana, le gana a alguien inferior al motivo de su victoria; y si pierde, aparece la frustración de que el otro lo venciera en aquello que su mente deseaba lograr.
De allí que, te sugiero, no ganes y no pierdas, Sé! Si vos sos lo que viniste a ser al mundo que nos tocó en suerte, ya habrás ganado, dejando de perder para siempre.
Todo maestro espiritual te va a llevar hacia el presente, hacia el equilibrio, hacia la ecuanimidad, hacia el autocontrol y en síntesis, hacia la paz interior. Así que sabé que en el único momento en que se alcanza el control es cuando uno respira y ama. Lo demás no importa. No vayas, entonces, a la izquierda o a la derecha, avanzá hacia donde tu alma te indique. Tené, tengamos en cuenta que el alma nunca se equivoca.
Gracias por existir.
Claudio María Domínguez
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