La mejor manera de empezar a acercarse al corazón y escuchar su sabiduría es mediante los cuatro elementos. Una vez que iniciemos a interactuar con el agua, la tierra, el fuego y el aire lograremos tener también una comunicación con Dios, que es nuestro corazón.
El motivo es que esa activación energética de nuestro cuerpo a través de los elementales es una forma de empezar a conocernos a nosotros mismos, de identificar lo que sentimos, de descubrir nuestros pensamientos, pero no solamente los que estamos acostumbrado a oír, sino aquellos que ya están un poco escondidos y que a veces hace falta sacar para que de esta forma no bloqueen lo que nuestro corazón nos envía cada segundo.
Es importante recordar que muchas cosas que sentimos se detienen en la mente y es cuando no podemos exteriorizarlas, no las sacamos, se quedan ahí. Cuando esto sucede, la mente empieza a formular un cúmulo de pensamientos, de bloqueos que son precisamente los que nos impiden escuchar nuestro corazón.
Pero gracias a la magia de los cuatro elementos, y al pequeño esfuerzo que haremos al acercarnos a ellos, seremos capaces de limpiar todo eso.
Además, podremos activar nuestra energía para escuchar mejor lo que nuestro corazón nos dice, así como para tener, incluso, un más alto desarrollo de nuestros sentidos, ya que tanta energía que nos bloquea no nos dejan escuchar, no nos dejan apreciar, no nos dejan ni oler ni ver bien.
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