EL “COCO”
Consejo de los Ángeles:
A veces sentimos miedo por no saber emplear una emoción que, de otro modo, podría ser positiva
El miedo es, a veces, necesario para sobrevivir. Si no temiéramos nada, no apreciaríamos la diferencia entre el peligro y la seguridad, y lo mismo correríamos por el centro de la calle, sin tener en cuenta que nos puede matar un coche, que nos pondríamos delante de un león hambriento. Sin embargo, ese miedo tan útil para la vida física, es todo un “coco” cuando se trata de la vida emocional o espiritual. Por desgracia, es muy normal tener miedo de algo antes de que ocurra, como proyección de una imaginación desmesurada. Los ángeles nos aconsejan que analicemos nuestros miedos, para saber cuáles tienen sentido y cuáles son, sencillamente, “coco”, mientras reunimos el valor suficiente para afrontarlos y reirnos en su cara.
¿Recuerdas el juego infantil del Coco? Los niños nos reuníamos al atardecer y, uno de ellos, el que hacía de Coco se escondía, mientras los demás cerraban los ojos y cantaban: “Ya anochece, ya anochece, pero el Coco no vendrá esta noche”. Naturalmente, el Coco salía de repente desde su escondite y perseguía a los demás, que corrían gritando como locos. Pero ¿qué pasaba cuando te pillaba? Pues nada. La próxima vez que temas al Coco, piensa en aquel juego: el Coco te ha cogido, pero tú sigues vivo, respiras y estás perfectamente bien. Por tanto, tu miedo es sólo eso: miedo, y tú tienes la capacidad de crear tu propia realidad.
Meditación de los ángeles:
El miedo no me supera, porque, en vez de echar a correr, sé hacerle frente
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