DESARRAIGO
Consejo de los ángeles:
“La meditación no es una vía de escape de la sociedad. La meditación consiste en preparase para volver a la sociedad, del mismo modo que la linfa alimental al árbol”
THICH NHAT HANH
El monje budista Thich Nhat Hanh utiliza, a menudo, su ocupación preferida, la de jardinero, como una metáfora de la vida. “Durante muchos años he sido jardinero en nuestra comunidad”, reflexiona en su ensayo Being Peace. “Sé que algunas veces es difícil trasplantar los esquejes. No es fácil transplantar algunas plantas, por eso utilizamos un tipo de hormona vegetal que la ayuda a enraizar en la tierra. Me pregunto si existe algún tipo de poción ... que pudiera ayudar a las personas desarraigadas a echar nuevas raíces en la sociedad”. Esa poción podría ser algo similar a la meditación, que no consiste en retirarse del mundo, sino en permanecer pegados a la tierra que nos une a las verdaderas raíces. Cuando profundizamos en la meditación, salimos de nuestra realidad física para entrar en el reino del alma, que nunca puede ser desarraigada, porque mora en la tierra de Dios.
¿Te has sentido desarraigado alguna vez en un trabajo, un lugar, una relación o, incluso, un país? ¿La muerte de un ser cercano te ha hecho sentir, de repente, que no perteneces a ningún lugar? A menudo, ese sentimiento de desarraigo es el que te muestra la dirección de tu auténtico hogar: Dios. Cuando utilizamos la meditación como un medio para centrarnos, nos apoyamos en las verdades eternas, cuyas raíces no pueden arrancarse porque no están plantadas en las arenas movedizas de la realidad material, sino en la base sólida de la conciencia divina.
Meditación de los ángeles:
Mientras los ángeles estén a mi lado, sé que nunca me sentiré desarraigado
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